El reciclado permanece en gran medida como una preocupación ambientalista antes que una prioridad económica, a pesar de los ahorros energéticos asociados. Es un tema escasamente desarrollado, considerando que se recicla poco más del 20% del acero producido en Chile anualmente. Además, hay importantes zonas del país que no tienen un sistema de recolección de chatarra, y el grado de tecnología y sustentabilidad de gran parte de los actores empresariales del rubro es aún precario e insuficiente.
Gerdau Aza -principal empresa de reciclaje de acero- compra anualmente unas 500 mil toneladas de chatarra al año, produciendo alrededor de 450 mil toneladas de acero vía refusión. La Compañía Siderúrgica Huachipato, que fabrica acero a través del medio tradicional (vía minerales de hierro), también la incluye en sus procesos, ya que de esta manera logra aumentar su producción en al menos un 10% de su actual producción de 1 millón 200 mil toneladas al año. Juntas, las dos empresas logran fabricar 1 millón 800 mil toneladas de acero, pero para abastecer al mercado nacional se requiere 1 millón de toneladas adicionales, lo que obliga a Chile a importar ese millón a precios cercanos a los
US$800 millones.